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Sexo del bebe, Se puede escoger el sexo de tu bebe.

¿PUEDES ESCOGER EL SEXO DE TU BEBÉ?
La necesidad de seleccionar el sexo del futuro bebé, incluso con antelación a la concepción, ha creado una serie de mitos en torno al tópico, que involucran temas tan disímiles como el efecto de los alimentos que ingieres, la posición en la que tienes relaciones sexuales, tus gustos personales e, incluso, la edad de la madre en relación con el mes en que se concibe al bebé. Pero, más allá de las leyendas populares, ¿existe algo que te permita estar segura de que vas a tener el varoncito o hembrita que tanto quieres?

Por Reynaldo Vargas

En el mundo hay dos tipos de personas: las que escogen los regalos que quieren cuando se acerca su cumpleaños y las que prefieren dejarlo al azar y sorprenderse cuando rompen envoltorios. Bueno, la verdad es que casi todos nosotros -siete de cada diez personas-quisiéramos ser del tipo de gente que planifica todo con cuidado y deja poco en manos del destino: personas que piden los regalos que quieren para su cumpleaños o navidad.

Cuando se trata de determinar el sexo de tu futuro hijo, probablemente tampoco quieras dejarlo al azar. De hecho, el impulso para seleccionar el sexo del bebé es tan viejo como la historia de la humanidad y las parejas han intentado toda suerte de artilugios para modificar lo que los genes determinan. En la antigua Grecia, por ejemplo, los hombres creían que tener relaciones reclinados sobre la parte derecha de su cuerpo, les garantizaba un varón; varios pueblos medievales colocaban martillos bajo la cama durante la relación sexual por la misma razón.

Las parejas, dispuestas a creer en la posibilidad de que existiese una "fórmula mágica" para determinar el género, eran capaces de cualquier cosa: los franceses del siglo XVIII ataban un nudo en su testículo izquierdo para producir varones. Hoy en día, las cosas no han cambiado mucho y las personas creen que la posición a la hora de tener relaciones sexuales, la fase en que se encuentre la luna, la temperatura de los testículos y la dieta de los padres, puede influir notoriamente en el sexo con el que será concebido su hijo.

Los primeros pasos


Las probabilidades de tener un varón o hembra son de 50 y 50. Los primeros intentos científicos para inclinar la balanza hacia uno u otro lado, aparecieron en el año 1985 con el libro "Cómo escoger el sexo de tu bebé", publicado por el Dr. Shettler, en donde se ofrecían consejos específicos para tener un varón o una hembra, según fuese el caso, con un índice de éxito de hasta 80%.

Basado en los conocimientos que se manejaban acerca de las características de los espermatozoides de acuerdo a su carga genética -que los masculinos son más rápidos pero mueren con mayor facilidad que los femeninos- el Dr. Shettler estableció máximas que aún hoy en día se recomiendan en nuestro país.

La gineco-obstetra Marisol Lema piensa, por el contrario, que "el sexo del bebé no puede predeterminarse realmente porque depende, en última instancia, de la carga genética contenida en el espermatozoide que fecunda. Sin embargo, hay maneras de aumentar la probabilidad de concebir una hembra o varón: teniendo relaciones el día exacto de ovulación tienes más chance de concebir un varón. Si la relación sexual tiene lugar dos o tres días antes que ovules, habrá más probabilidad de que sea niña".

La relación establecida entre el proceso de ovulación y el sexo del bebé reside en las características de los espermatozoides: los masculinos llegarán primero al huevo femenino (por ser más rápidos) el día en que la mujer ovula, mientras que los femeninos tendrían más oportunidad de fecundarlo entre 48 y 72 horas luego de la relación sexual: de ahí que se recomiende tener sexo dos días antes de la ovulación para aumentar la probabilidad de tener una niña. No obstante, la posibilidad de tener resultados satisfactorios con este método aumenta sólo de 10 a 15%.

Otro de los consejos del Dr. Shettler se refiere a que las duchas vaginales con vinagre -que contiene un pH ácido- antes de la relación sexual, modifican el pH vaginal "eliminando" los espermatozoides masculinos y favoreciendo la concepción de una hembra. Por el contrario, una ducha vaginal con bicarbonato de sodio favorecería al sexo masculino.
"Todo aquello que no tenga estrecha relación con el período de ovulación de la mujer", comenta el gineco-obstetra Alejandro Mazzarella, entra en el campo de la superstición". Por ello, cabe preguntarse qué tan precisos son los demás consejos del Dr. Shettler, los cuales establecen que el grado de penetración, los orgasmos que tengan las mujeres durante el acto sexual, la temperatura testicular al momento de la relación y hasta el consumo de café, influyen en el sexo del bebé.

¿Niño o niña?


En una encuesta realizada en Estados Unidos, más de 80% de las embarazadas entrevistadas manifestó su deseo de poder controlar el sexo con el que su bebé iba a nacer. Las buenas noticias para ellas -y todas las mujeres que sientan lo mismo- es que ya no tienen por qué perder su tiempo poniendo en práctica los consejos de la abuela.

Hace poco, el Instituto de Genética y Reproducción Artificial de los EE.UU. puso en práctica una técnica que ofrece hasta 85% de éxito a la hora de seleccionar el sexo del bebé. El proceso es el siguiente: con una muestra de esperma del padre, los científicos "separan" los espermatozoides masculinos de los femeninos gracias a la diferencia en el contenido de ADN de ambos (los femeninos contienen cerca de 2,8% de carga genética adicional). Una vez logrado esto a través de un proceso conocido como citometría de flujo- inseminan artificialmente a la madre.

Aunque en muchos países del mundo funciona este tratamiento conocido como Método Microsort, en nuestro país aún no se ha implementado. El doctor Mazzarella explica: "Este método es utilizado en países donde la población presenta enfermedades congénitas -como la hemofilia o el daltonismo, por ejemplo- que pueden ser transmitidas a los hijos dependiendo del sexo, por lo que se hace necesario, para evitar complicaciones futuras, determinar el sexo con el que el bebé va a nacer. En países como el nuestro no se justifica este procedimiento, porque no hay un gran porcentaje de la población que padezca de ese tipo de enfermedades congénitas".

Sin embargo, el método mencionado es aplicado en mujeres sanas que desean, por motivos personales, tener un niño o una niña. El costo del proceso es de dos mil dólares, aproximadamente.

El Método Ericsson funciona bajo el mismo principio del Microsort: la separación de los espermatozoides, pero se basa en el uso de una máquina centrífuga para realizar la división, lo que deja todavía muchas dudas ya que una muestra de semen "dividido" seleccionada al azar, pareciera seguir siendo 50% masculina y 50% femenina. Algunas investigaciones pretenden demostrar la efectividad de este método y le atribuyen una efectividad de 83%.
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Sea cual sea el caso -posibilidad de enfermedad genética o cuestión de gustos- las parejas deben informarse lo mejor posible acerca de las técnicas antes de seguir alguna de ellas, y tomar en consideración que en nuestro país se realiza sólo el método de concepción basado en el momento de ovulación (eso sin mencionar todas las prácticas mitológicas).En última instancia, la decisión debe ser algo que competa exclusivamente a los padres del futuro bebé.

Numerosos portales en la Internet te ofrecen todo tipo de sistemas interactivos para seleccionar y predecir el sexo de tu bebé. Van desde los serios, pasando por los graciosos, para culminar con los incoherentes, utilizando cuestionarios para recabar la información y decirte qué debes hacer para tener un varón o una hembrita. No obstante, en otros portales encontrarás afirmaciones tan alocadas como que la posición de la almohada, el clima o tu color favorito son determinantes en el género del futuro bebé.

¿Sabiduría oriental?

Una tabla china que contiene edades comprendidas entre los 18 y 45 años cruzadas con los doce meses del año, afirma poder decirte cuáles son los meses idóneos para concebir varones y cuáles para hembras de acuerdo a tu edad.

La historia detrás del método es bastante romántica: se supone que un médico chino la copió de una tumba hace más de quinientos años. La copia original de la tabla se encuentra -supuestamente- en el Instituto de Ciencia de Pekín y la exactitud de los cálculos que realices con ella, alcanzan alrededor de 99% de aciertos, según se afirma. Puedes encontrarla en varias páginas web, aunque es difícil saber cuál de todas las versiones
es la original. 
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