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ALIMENTACION INFANTIL ALERGIA A LOS ALIMENTOS

ALERGIA A LOS ALIMENTOS 
Las alergias alimenticias afectan al 2% de la población general. Conociendo la herencia genética se puede predecir la predisposición alérgica, aun antes de que el bebé nazca. Será entonces hora de comenzar el tratamiento: una estricta dieta durante el embarazo
 y la prolongación de la lactancia materna son las mejores herramientas para prevenir las alergias alimenticias.Por: Reynaldo Vargas, Equipo Editorial de MIS NIÑOS Y YO
Imagina que estás comenzando a darle fórmula al bebé y que, a los pocos minutos de haber iniciado, aparece un conjunto de curiosas manchitas rojas que van "minando", poco a poco, su rostro. Posiblemente suene alarmante, aunque este es el cuadro médico más leve de una alergia alimenticia. Los casos más severos incluyen hinchazón de la cara, boca y ojos, cólicos, diarrea y dificultad para respirar.
"Las alergias por alimentos que se manifiestan en la infancia comenta el alergólogo Luis Odremán encuentran causas múltiples, aunque la más frecuente en niños menores de dos años es la alergia a fórmulas lácteas. Para niños mayores, los alérgenos más comunes son los colorantes artificiales, el huevo, los pescados y mariscos".
¿Cómo predecir una alergia?

La también alergóloga Lorena Benarroch comenta que es posible saber si un bebé tiene una alta probabilidad de presentar un cuadro alérgico a algún alimento no sólo antes de que consuma el alimento en cuestión, incluso cuando se encuentra en la placenta.
"Es muy importante tomar en cuenta la historia familiar, ya que la herencia genética es determinante en el desarrollo de una alergia. Se estima que si ambos padres son alérgicos, el niño tiene entre 90-100 % de posibilidades de serlo también, mientras que esa cifra se reduce a 50 % si sólo uno es alérgico y a 35 % cuando ninguno lo es".
Lo que se hereda no es la alergia en sí, sino más bien la "condición atópica", que es la predisposición a padecer la alergia. Esta condición puede confirmarse a través de múltiples herramientas que incluyen "la historia clínica, los alimentos diarios que consume el bebé o el niño y pruebas de sangre o de piel que determinen la condición alérgica",
explica el Dr. Odremán.
Enemigo silencioso
Para que tenga lugar una reacción alérgica es necesario que se produzca un contacto con el alergeno implicado, que vendría a ser el alimento. En este primer encuentro, la alergia puede no manifestarse externamente.

Lo que ocurre es que "el sistema inmunológico equivocadamente reconoce como "malo" a algún alimento y, para proteger al organismo, crea anticuerpos específicos contra el alimento (sensibilización). La próxima vez que el alimento sea ingerido, el sistema inmune produce sustancias químicas y desencadena la cascada de reacciones", comenta la Dra. Benarroch.
Sin embargo, es importante saber que la reacción que presenta el organismo del niño luego de consumir el alimento es, de hecho, producto de una alergia. "Algunas reacciones pueden ser adversas debido a que los alimentos están contaminados o porque el bebé no posee las enzimas para digerir ese determinado alimento", continúa Benarroch.
Por ello, es importante prestar especial atención a los síntomas, que incluyen sensaciones de cosquillas en la boca y lengua, hinchazón de boca y garganta, dificultad para respirar, erupciones, dolor abdominal, cólicos o diarrea, principalmente.

¿Se pueden evitar?
No existen tratamientos para erradicar alergias. Sin embargo, "la prevención es la mejor manera de aproximarse al problema y debe comenzar durante el embarazo", explica Odremán.

"Se deben establecer medidas dietéticas para la embarazada, en las que se eliminen los principales alergenos: leche de vaca, huevos, chocolates, mariscos, cítricos y todos aquellos alimentos para los que exista una historia familiar de alergia".
También es importante extender la lactancia materna durante el mayor tiempo posible ésta protege al bebé contra las alergias y evitar fumar durante el embarazo, cuando el bebé nazca y durante su crecimiento.
Si se sospecha, debido a las pruebas o por herencia familiar, que el bebé se encuentra dentro de la población de alto riesgo alérgico, entonces es importante evitar su contacto con alergenos ambientales (piel y pelo de animales, polvo y moho) y continuar una dieta hipo-alergénica para la madre mientras dure la lactancia, con el fin de lograr una futura tolerancia
al alimento.

No obstante, "la eventual tolerancia a un alimento no significa que se haya erradicado la alergia. Por lo general, ese mismo alergeno puede desencadenar futuros estados alérgicos", dice Odremán.

Leche materna: elemento clave
Aunque la leche materna presenta alergenos alimentarios en 95 % de las mujeres que lactan, las cantidades de betalactoglobulina bovina (el alergeno que contiene la leche de vaca) que
se encuentran en ésta son insuficientes para sensibilizar al recién nacido de alto riesgo.
Por ende, la leche materna sigue siendo la mejor alternativa para evitar la manifestación
de una alergia.
En primer lugar, las proteínas que contiene la leche de la madre no representan un agente "extraño" para el organismo del bebé y son ricas en inmunoglobulinas tipo A, que son anticuerpos protectores contra las infecciones especialmente gastrointestinales ya que favorecen la impermeabilidad de la pared intestinal, evitando el paso de un mayor número de alergenos a la sangre. 
Por ello, muchos pediatras recomiendan que los recién nacidos con riesgo de alergias sean amamantados durante el mayor tiempo posible.
"Además, se deberá postergar la introducción de alimentos alergénicos en la dieta del bebé. Por ejemplo, no se le debe dar leche de vaca entera antes de los 12 meses, huevo antes de los dos años o pescados antes de los tres", culmina Benarroch. Estas sencillas medidas consiguen retardar la aparición de síntomas de alergia.
La responsabilidad en la lucha contra las alergias alimenticias recae en los padres y la única herramienta con la que se cuenta es la prevención. Definiendo los alimentos que producen alergia en tu hijo, podrás establecer una dieta que te permita evitar las angustias y dolores de cabeza que implican llevar a un bebé, con manifestaciones de un cuadro alérgico, a la
sala de emergencias.
¿Cómo se manifiestan las alergias?

Sistema nervioso central: migrañas, insomnio, irritabilidad, pesadillas e incluso trastornos de concentración.

Piel: resequedad, manchas claras por despigmentación y erupciones ubicadas, generalmente, en las zonas de pliegue.

Vías digestivas: Puede producir una variedad enorme de síntomas en los que se encuentra el mal aliento, el reflujo, vómitos, diarrea, estreñimiento, gases.

Vías respiratorias: Hipersecreción mucosa, tos, asma, sinusitis, otitis.

Sistémico: Baja de tensión, enrojecimiento o palidez, taquicardia, síncope.

Los más peligrosos


Leche de vaca:
 Suele ser temporal y por lo general se supera pasados los dos
años de edad.

Huevo:
 Es una de las que primero se manifiesta y puede ser permanente.

Maní: 
Muy habitual en los países donde se consume este grano en grandes cantidades, pero también en otros países.

Nueces: suelen manifestarse en los países mediterráneos o en inmigrantes con costumbres mediterráneas.

Pescado: Es un alergeno muy importante y puede ser permanente.

Cítricos:
 Principalmente ocasionadas por la naranja y el kiwi.

Soya:
 Relacionada con la alergia a la leche de vaca.
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