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Cuida tus senos antes y después de dar a luz

Cuida tus senos antes y después de dar a luz 
El rápido aumento en el tamaño de los senos causado por el embarazo, provocará la aparición de marcas en la piel: las temidas estrías, cuya permanencia en tu cuerpo es irreversible. Por esta razón lo mejor que puedes hacer es evitar que aparezcan.

Equipo editorial de www.TUPEDIATRA.com 
No hay duda de que una mujer en estado de gravidez es bella. La naturaleza se encarga de darle un halo de ternura que nadie podría explicar, pero que todos perciben. Si, muy bien, esto es cierto pero también lo es que frente al espejo es posible encontrarse con sorpresas desagradables. Tu vientre crece, tu piel ha cambiado y tus senos se inflan progresivamente como si alguien estuviera empeñado en llenarlos de aire.

Uno de los cambios más notorios que experimenta la mujer grávida se observa en la pigmentación de la piel cambio generado por la revolución hormonal que implica el embarazo especialmente manchas que aparecen en el rostro y un intenso color marrón presente en las areolas de los senos, la parte interior de los muslos y el centro del abdomen.
Por un lado te sientes la mujer más feliz del mundo porque tu embarazo es el preámbulo a la más hermosa de las experiencias: ser madre pero, por otro, te preguntas cómo quedará tu cuerpo después de dar a luz.
Entendámoslo bien:

Una de las partes de tu cuerpo más afectados por la gravidez son tus senos y por eso es bueno que sepas qué está pasando en el interior de tu cuerpo para generar cambios tan drásticos. Cada uno de tus senos posee una serie de glándulas pequeñas rodeadas de grasa que se abren al exterior por medio de conductos ubicados en los pezones.

La hinchazón exagerada de estas glándulas es la que provoca que tus senos se inflen cada vez más: notarás también la aparición de venas visibles a través de la piel, que jamás habías percibido.

Marcas irreversibles:

Según explica el dermatólogo Alfredo París, si no se toman previsiones, este rápido aumento en el tamaño de los senos provocará la aparición de odiosas marcas en la piel: las temidas estrías, cuya permanencia en tu cuerpo será irreversible. Por esta muy convincente razón, lo mejor que puedes hacer es evitar que aparezcan.

Por lo tanto, no es exagerado aconsejarte que desde que conozcas la feliz nueva de tu embarazo inicies un proceso constante de cuidado de tus senos.

La mejor forma explica el especialista "es agilizar los procesos de circulación en toda el área que circunda los senos y en los senos mismos (además de abdomen y muslos), mediante el uso muy frecuente de una crema hidratante.

Si la mujer tiene actividad fuera de casa, puede dedicarle a este menester dos sesiones de 5 a 10 minutos en la mañana y en la noche.

Los masajes que hará con la crema no debe escatimar en la cantidad usada en cada aplicación deben ser circulares sin ejercer demasiada presión. Esta es la rutina idónea a seguir hasta el mismo día de dar a luz".

¡Ya nació!

Si has logrado prevenir la aparición de estrías en tus senos durante el proceso de gestación, no puedes descuidarte durante la lactancia. "Seguramente el médico tratante comenta el doctor Alfredo París habrá instruido a la futura madre sobre la conveniencia de que ella lave sus senos cada vez que, estando embarazada, haya producido calostro, un líquido más o menos espeso y de tono amarillento que segregan las glándulas mamarias, antes de que venga la leche".

Hoy día la mayoría de las mujeres trabajan y deben dejar a sus hijos al cuidado de otras personas. Como sabrás es muy importante que tu pequeño se alimente con la leche que produces, por lo que debes aprender a extraerla de los pechos sin dañarlos.

El dermatólogo aconseja lubricar los senos y manos con aceite de bebé. "Se trata de un ejercicio fácil: se apoyan las manos en las mamas y se sujetan firmemente, dirigiendo los dedos hacia el pezón. Después se presiona con el dedo índice y el pulgar la parte exterior de éste, hasta que brote el líquido.

Estos masajes ayudan a estimular la salida del pezón cuando se presentan casos en que está invertido".

Examen constante:

En ocasiones, las secreciones de los senos taponan los conductos por lo que la leche queda retenida y se infecta dentro. El doctor París explica que esta situación genera la temida mastitis, una afección muy dolorosa y difícil de prevenir "pero podría detectarse si la mujer está pendiente de examinar sus senos y de que no haya áreas duras.

Lo que puede hacer es vaciarlos después de cada toma del bebé. Por cierto, es importante que mamá, antes y después de alimentar al pequeño, lave sus pechos con agua en abundancia".

Grietas

La humedad remanente y la constante succión del pequeño somete a los senos a una difícil rutina a la que no han estado acostumbrados. Por esta razón es común la aparición de grietas sangrantes en los pezones que producen mucho dolor.

La recomendación del dermatólogo, para prevenir esta posibilidad, es mantener los pezones permanentemente lubricados con aceite de almendras o glicerina "y jamás dejarse sin sostén.

Por supuesto, este debe ser muy cómodo. Dejar libres los pechos no sólo aumenta el riesgo de aparición de grietas sino que provoca que se caigan, que pierdan firmeza".
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