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CUIDADOS DE LA PIEL DURANTE EL EMBARAZO

CUIDADOS DE LA PIEL DURANTE EL EMBARAZO

 

Además de todos los cambios que se generan en el cuerpo femenino durante el embarazo, puede suceder que tu piel cambie de condición, es decir que si la tienes seca se convierta en grasa como por arte de magia o viceversa.Si este es tu caso, no dejes de prestar atención a lo que está pasando y actúa en consecuencia: tu piel merece que la cuides con esmero y si de seca pasa a grasa contrólala con una buena higiene diaria. Si se vuelve seca, aumenta la hidratación.
La lozanía de cualquier tipo de piel depende mucho de la alimentación, por esta razón la importancia de ingerir frutas y vegetales frescos, estés o no encinta. ¡Ah! Toma mucho agua también.
Pezones más oscuros
Aunque no es ley ni tiene por qué serlo, es posible que mientras estés embarazada adviertas cómo en las aréolas alrededor de los pezones, se concentran los pigmentos y el color normal se oscurece un poco. Lo mismo ocurre con los lunares.
Este cambio repentino de color puede presentarse también en la piel de mejillas y frente, en lo que se conoce como "cloasmas" o máscara del embarazo. Estos efectos propios del proceso de gestación suelen desaparecer una vez hayas dado a luz. Mientras tanto, puedes prevenirlos -o lograr que no se afiancen las manchas- con protector solar.
¿Cuántos tipos de piel hay?
Son tres: la seca, presenta un aspecto tirante y mate con poros invisibles; la normal, o piel perfecta, es un tanto grasosa en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla) y la grasa se percibe permanentemente brillante: el maquillaje le dura poco.
¿Qué tratamiento debo aplicar si mi piel sufre cambios durante mi embarazo?
Si tu piel grasosa de repente se siente seca, mantenla aseada con una crema limpiadora suave y tonifica con un producto libre de alcohol; luego hidrata con una crema rica en aceites naturales.
Una piel seca que tras el inicio del embarazo presenta aspecto graso, debe limpiarse profundamente con un gel; el segundo paso es usar un astringente y aplicar luego un producto humectante que proporcione agua en vez de aceites.
La piel normal se trata diariamente con crema limpiadora, un tónico que no contenga alcohol y una crema hidratante rica en humedad y aceites naturales. Prepara tus senos para alimentar al bebé. La lactancia no tiene por qué ser dolorosa
Si bien tus pechos crecerán considerablemente desde el inicio del embarazo, siguiendo pasos muy sencillos puedes prevenir la aparición de estrías y la flacidez, antes de entregarte a la dulce tarea de alimentar a tu hijo
Al mirarte al espejo te sientes otra y si contemplas tu cuerpo desnudo, notarás que, aunque no te haya crecido la "barriga", todo está cambiando en ti: no es para menos, estás embarazada.
Uno de los cambios más notorios en la mujer grávida desde que se inicia el período de gestación es la pigmentación de la piel, debida al nivel creciente de hormonas.
Este cambio de color se hace más intenso en áreas como las areolas, la línea que pasa por el centro del abdomen y en la parte interior de los muslos. En mujeres morenas el tono marrón en estas zonas es muy notorio, menos pronunciado en las rubias y casi imperceptible en las pelirrojas.
Los senos
A pesar de que la ilusión de ser madre inunda todos los sentidos, factores de cambio como los mencionados -además de la aparición de manchas en el rostro, aumento del peso corporal e inflamación de los senos- son causa de preocupación: ¿Cómo quedará tu cuerpo después de dar a luz? ¿Podrás bajar de peso? ¿Tus senos tomarán un aspecto flácido luego de amamantar a tu bebé?
Cada uno de tus pechos es una colección de glándulas pequeñas rodeadas de grasa que abren sus puertas al exterior a través de conductos ubicados en el pezón. Notarás cómo se van poniendo pesados y sensibles en una forma casi exagerada durante el embarazo.
Esas glándulas crecen muy rápidamente y la irrigación sanguínea a los senos aumenta igualmente. La consecuencia es la aparición de venas en la superficie de los senos que pueden verse a través de la piel. Esas venas se hacen invisibles, como por arte de magia, al dejar de amamantar.
Estrías
"El aumento de tamaño de los senos - explica el dermatólogo Alfredo París (*) -, puede generar la aparición de estrías, esas feas marcas que aparecen en la piel en forma irreversible. No es cierto que se puedan curar y la mujer tiene que estar clara en esto: no existen cremas mágicas que las hagan desaparecer, una vez que se tienen es para siempre y por esta razón lo mejor es prevenirlas. Desde los primeros meses los pechos se hinchan y comienzan a segregar los llamados calostros, una especie de líquido lechoso".
Como no hay manera de impedir el incremento de tamaño, la mejor forma de evitar las estrías, según el especialista, es "provocando un aumento de la circulación en el área de los senos (abdomen y muslos), aplicando masajes con una crema hidratante mañana y noche, durante 5 a 10 minutos por sesión. Esto se debe hacer desde el momento en que la mujer se entera de que está embarazada".
Atención diaria
No puedes descuidar tus senos durante el embarazo y mucho menos mientras amamantas a tu hijo: debes lavarlos cuando segregues el calostro y practicar, para cuando comience la lactancia, sacándolo de tus pechos.
Lubrica los pechos y manos con aceite de bebé y luego apoya éstas en las mamas, sujétalas firmemente y dirige los dedos hacia el pezón. Después, presiona con el índice y el pulgar la parte exterior del mismo para extraer el líquido.
"Algunas mujeres tienen el pezón invertido -comenta el dermatólogo - y en estas condiciones es imposible que puedan dar leche a su bebé, pero con estos masajes también se puede estimular el músculo para sacarlo".
Afecciones
La mastitis es una de las afecciones más frecuentes en madres que amamantan a sus hijos. El doctor París explica que ésta aparece cuando "las secreciones taponan los ductos. La leche se retiene y se infecta dentro. Lamentablemente este es un problema difícil de prevenir".
Puedes, sin embargo, estar pendiente de que no haya áreas duras en los senos, vaciándolos después de cada toma.
Explicó también que la rotura de la piel alrededor del pezón por el acto de succión del bebé "suele expresarse en grietas profundas muy dolorosas. Para evitar que los senos sufran, es bueno aplicar glicerina o aceite de almendras dulce en los senos y mantenerlos siempre en suspensión, esto significa que la madre no debe estar nunca sin un sostén cómodo. Dejarlos libres es lo que ocasiona la caída de los pechos. Por supuesto, antes de cada toma se debe lavar el seno, sin frotar, con abundante agua y jabón".
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