La piel animal es un organismo vivo y, como tal, se ve afectada por diversos factores externos. Una alimentación no equilibrada, los champús o lociones agresivas y los ambientes cerrados, pueden dañar la piel de las mascotas, provocando la generación de olor y el aumento de la caída del pelo.
Un proceso que se puede ver agravado por la interacción del animal con el ambiente. El contacto con agua y barro, olisquear la materia orgánica o incluso jugar con otras mascotas pueden incrementar el mal estado de la piel y, consecuentemente, la caída del pelo y el aumento del olor.
El problema aumenta en caso de que se presenten enfermedades cutáneas, picaduras de parásitos o alergias; que hacen más vulnerable el estado de la piel. Por ello, cada vez más los expertos veterinarios recomiendan la dermocosmética para favorecer el buen estado de la piel y mantener saludable el pelaje de la mascota; el tratamiento dermocosmético, además ayuda a prevenir dermatitis, mediante efectos hidratantes y equilibrantes, a la vez que reduce las posibilidades de contraer bacterias y hongos.
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