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Peleas entre padres e hijos adolescentes: ¿Cómo hacer las paces?

Peleas entre padres e hijos adolescentes: ¿Cómo hacer las paces?
La adolescencia es una etapa difícil no sólo para los jóvenes, sino también para sus padres. Sienten que su hijo ha cambiado bruscamente y temen que nunca vuelva a ser el mismo. ¿Por qué está tan alejado? ¿Qué habremos hecho mal? ¿Nunca más podremos conversar tranquilamente?, se preguntan los padres, y al no encontrar respuesta se angustian, piensan que no hay vuelta atrás y creen que todo está perdido.

Sin embargo, y para tranquilidad de muchos, Andrea Palacios G., psicóloga infanto-juvenil y magíster en psicoterapia integrativa, sostiene que el distanciamiento con los padres es un proceso que se da en forma natural, y tiene relación con la búsqueda de mayor autonomía. Contrario a lo que la mayoría de los papás cree, “este alejamiento no tiene que ver con que no les importe la opinión de sus padres. De hecho, investigaciones recientes revelan que para los jóvenes sigue siendo prioridad la relación que tienen con su familia”.
Un cambio angustiante
Para Cecilia, madre de una niña de 17 años, la llegada de la adolescencia de su hija fue traumática. “Siempre fuimos muy amigas, nos contábamos todo, hablábamos tardes enteras de diferentes temas. Pero de repente, Carolina cambió, ya no era la misma niña tierna y cariñosa. Se encerraba en su pieza y no quería hablar conmigo, me respondía con monosílabos. No lograba entender qué le pasaba, traté por todos los medios de saber qué estaba sucediendo, pero no tenía resultados. Cada vez estaba más alejada e incluso llegó un momento en que pensé que nunca más volvería a ser mi ‘niñita’, esa que me abrazaba a cada rato y que compartía sus secretos conmigo”.

Al igual que Cecilia, son muchas las mamás y los papás que sufren esta dolorosa experiencia y que deben enfrentar conductas habituales como peleas, rechazo, descalificaciones y acusaciones de parte de sus hijos.

Según Karen Moënne, psicóloga miembro del equipo de profesionales de PadresOk, para entender este proceso es importante saber que el adolescente necesita tomar distancia de sus padres para lograr su independencia, y uno de los mecanismos que utiliza para realizarlo es la rabia. “Esto le permite tolerar la culpa -por decirlo de algún modo- de la separación, de buscar opiniones propias y no necesariamente sentirse en la obligación de complacer a sus padres como en la infancia. Pero esta especie de ‘odio’ hacia sus papás, expresado en críticas y roces constantes, no es un sentimiento real, sino una estrategia para alcanzar la independencia y lograr construir su identidad personal”.
¿Cómo romper el hielo?
Los especialistas sostienen que es importante para el adolescente sentir la presencia e interés de sus padres aunque en su conducta manifiesten lo contrario. Por lo tanto, nunca deben darse por vencidos en los intentos de comunicación, aún cuando el joven los rechace. Esto le permite saber que cuenta con ellos para solucionar o enfrentar situaciones más complicadas, pero por el momento necesita resolver sus asuntos de manera personal. Es una etapa pasajera, pero si los padres se dan por vencidos, al final los puentes de comunicación probablemente se hayan cortado.

Andrea Palacios sostiene que el peligro del alejamiento con los padres depende de la intensidad, ya que puede ir de una menor comunicación, hasta casi una nula interacción. Para evitar llegar a extremos la psicóloga plantea que “al igual que en cualquier relación es importante respetar los espacios del otro, es decir, si uno esta ocupado en una actividad social, de entretención o resolviendo algún problema, claramente no es el minuto para que traten de acercarse”.

Agrega que un buen momento para comunicarse con un adolescente son los espacios de conversación que se dan en forma cotidiana, durante las comidas y camino al colegio. La especialista recomienda también realizar actividades recreativas con los jóvenes, “de repente invitarlos al cine, al estadio o a otra actividad que sea de su agrado”. Lo importante es que se sienta querido y acompañado en sus intereses.
Ponerse en su lugar
Según Andrea Palacios, es importante que los padres no tengan una postura tan crítica respecto a los gustos de los jóvenes, y tratar de respetar y entender cuáles son sus preferencias.

Asimismo, es importante que las conversaciones con los hijos adolescentes no sean un interrogatorio, ya que según la psicóloga, el establecer diálogos de ese tipo o sobre “temas comunes como el colegio, donde están todo el día, obviamente generan rechazo en cualquier persona, no sólo en los adolescentes. A los adultos tampoco nos gusta hablar de nuestro trabajo cuando queremos relajarnos”.

Una buena estrategia es ir turnándose entre la mamá y el papá en la interacción con el hijo. Habitualmente presentan mayores conflictos con uno de los padres, en ese caso, será más fácil que se acerque al adolescente el que presente menor resistencia. Eso sí, siempre y cuando esta interacción muestre que ambos padres están interesados en saber qué ocurre con su vida.
Los especialistas recomiendan atreverse a enfrentar al adolescente aún cuando eso implique ir en su contra.

Por evitar conflictos o roces con los hijos los padres tienden a no expresar lo que opinan o relajan las normas, lo que es percibido por el adolescente como un cierto ‘abandono’ o también una especie de ‘darse por vencido’, por parte de los papás.

Las especialistas sostienen que los límites son fundamentales para que los hijos mantengan el respeto y admiración por sus padres, y así fortalecer la relación.
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