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Elegir un colegio

La difícil tarea de elegir un colegio
Entre los meses de marzo y abril comienza el proceso de postulación para el año escolar 2009. Para tomar una decisión adecuada, es necesario conocer los gustos y aptitudes de su hijo y buscar el sistema educacional más apropiado.

Que un colegio tenga entre sus logros buenos resultados en la PSU y en el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (Simce) no basta para que sea un establecimiento adecuado. Así lo indican especialistas en educación, quienes ven con temor la tendencia de privilegiar ese tipo de indicadores a otros que, si bien parecen menos tangibles, involucran la formación integral del niño.

A juicio de Isidora Mena, psicóloga educacional de la escuela de psicología de la Universidad Católica, “estos criterios son importantes, pero no son los únicos. Además, el hecho de que un colegio esté en el ranking no significa que al niño le vaya bien”. Más importante es que haya “sintonía” entre el colegio y el proyecto formativo de los papás, ya que se ha demostrado que los niños rinden mejor cuando ambos caminan a la par.
Al momento de elegir el colegio, entonces, los padres deben cuestionarse si quieren que al finalizar la educación, su hijo logre un buen puntaje en la PSU, o que además haya adquirido disciplina, valores y recursos para manejarse en la sociedad como, por ejemplo, responsabilidad y tolerancia a la frustración, indica Erna Ramírez, docente y orientadora del Centro de perfeccionamiento, experimentación e investigaciones pedagógicas del Ministerio de Educación.

“Durante los años de educación no sólo se aprende lo cognitivo, sino que se adquieren muchos factores protectores, y eso debiera estar en la prioridad número uno”, afirma.

De ahí entonces que antes de elegir un establecimiento, los padres se cuestionen acerca de qué es lo mejor para su hijo y qué es lo que como familia se espera de un colegio. “Conviene preguntarse a través de un proceso de diálogo intenso y permanente en la pareja ‘¿qué queremos para nuestros hijos?’. Y no sólo pensar en lo que quieren como adultos, sino también desde la perspectiva del desarrollo del pequeño. Puedo tomar las mejores decisiones, pero tengo que tomar las que mi hijo necesita de acuerdo a sus características y necesidades”, concluye la profesora Ramírez.
Conociendo el colegio
Una vez que los padres se han puesto de acuerdo, la psicóloga Isidora Mena recomienda acercarse a los colegios que cumplen más o menos con sus expectativas y pedir el proyecto educativo o una entrevista para conocer sus concepciones disciplinarias, éticas, religiosas, curriculares y sociales.

Una buena opción para conocer el ideario del establecimiento, es pedir referencias a otros padres y acercarse a alumnos para preguntarles qué opinan de su colegio y si se sienten a gusto en él.

La psicóloga agrega que también hay que contemplar el aspecto económico porque en la práctica ha constatado que algunos padres trabajan tanto para poder costear la educación de su hijo en un colegio, que en definitiva no tienen tiempo para él. Sucede lo mismo con la cercanía geográfica respecto a la casa, ya que los desplazamientos podrían quitarle tiempo para estudiar o simplemente para jugar.
A continuación algunas pautas sobre qué indagar al visitar un colegio:
- Averigüe acerca del sistema de calificación, si existe un promedio de notas mínimo para pasar de curso, además de cuáles son las normas disciplinarias en caso de atrasos, mala conducta, llevar el pelo largo, etc.

- Consulte si el colegio cuenta con psicólogo y psicopedagogo que apoyen al alumno en caso de problemas académicos. También conviene saber si se dictan charlas de orientación a los padres.

- Pida información acerca de los métodos de enseñanza –aprendizaje que se utilizan y cómo favorece el colegio el desarrollo emocional – social del niño.

- Pregunte acerca de las actividades extracurriculares que ofrece el colegio, si son variadas, si se realizan en el mismo establecimiento o en otro lugar, si se practican en el horario de clases y si son obligatorias o voluntarias.

- Infórmese si el colegio toma en cuenta las opiniones de los padres, cuántas reuniones al año se realizan y qué instancias de conversación existe tanto con los profesores como con los directivos.

- Observe cómo son las salas de clases, el gimnasio, la biblioteca y las instalaciones del casino. Pregunte si el establecimiento cuenta con servicio de almuerzo propio o si dispone de una empresa externa. También es importante saber si los niños serán acompañados por un adulto a la hora de almuerzo.

- Fíjese si todas las áreas están bien iluminadas y ventiladas, además de que las vías de evacuación estén correctamente señaladas, en caso de emergencias.

- Consulte si el colegio cuenta con un convenio con algún servicio de urgencias, y si tiene costo alternativo.

Los riesgos de una mala elección
Si la realidad del colegio no es similar a la de la casa, desde el punto de vista económico, disciplinario o cultural, se corre el riesgo que el niño se sienta desadaptado y presente defensas agresivas o problemas conductuales, según indica la psicóloga Isidora Mena. También puede suceder que el niño sienta que su familia no esta “a la altura” de las de sus compañeros y descalifique y desautorice a sus padres. Y si siente que es el colegio el que está bajo su familia, puede desobedecer a los profesores y presentar mala conducta.

“La familia es la que está a cargo de la educación del niño. El colegio es un apoyo y por eso hay que saber en qué necesitamos ayuda. La asociación entre la familia y el colegio tiene que ser complementaria e ir en el mismo sentido”, concluye la psicóloga.

La psicóloga indica que los padres deben tener la suficiente apertura para darse cuenta que a lo mejor el colegio que tanto buscaron no era el más adecuado para su hijo. “Eso a veces es costoso, porque se ha cancelado una cuota de incorporación, pero en el largo plazo resultará más caro dejarlo en un colegio que no es el más apropiado para él, pues gastará energías en adaptarse a situaciones que no le acomodan”.

Desde la óptica de la psicología, Isidora Mena recomienda que un profesional externo ayude a determinar por qué el escolar no se adapta a un establecimiento, ya que de lo contrario se corre el riesgo de cambiar una y otra vez al niño de colegio. 
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