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La Suegra: ¿Bruja o Hada Madrina?

La Suegra: ¿Bruja o Hada Madrina? 

"Mi suegra es realmente la suegra de mi mujer", explica Luis Enrique Romero quien no pudo resistir la tentación de llamarnos desde la isla de Margarita para contarnos sus anécdotas con la mamá de Cristina, su esposa, quien lo quiere como a un hijo: "Cuando llegamos de luna de miel de República Dominicana, mi suegra fue a recibirnos y como Cristina estaba tan bronceada, con peinado nuevo y ropa muy llamativa, simplemente su mamá no la reconoció (sólo estaba a dos metros de distancia) y siguió hablando conmigo como si tal cosa, preguntando detalles del viaje. Al rato se le ocurrió decir: "Mira Luis Enrique ¿y dónde está Cristina?". 



Antes de entrar a analizar los beneficios o perjuicios que puede traerle a una pareja este personaje llamado suegra, "es importante destacar que la estructura familiar se ha desvirtuado: los sentimientos y las emociones han pasado a segundo plano. Los valores morales y principios de comportamiento que deberían inculcársele a los hijos, han sido cambiados por fachadas que se construyen para presentar una cara al exterior: esto quiere decir que a la gente le cuesta reconocer su lado sombrío, oscuro. Tratar de tapar lo malo consume demasiada energía psicológica", explica el médico psiquiatra Luis Sanz, especialista en terapia familiar.
Mujeres emancipadas
En esta maraña de escondrijos quizá tenga mucho que ver la emancipación de la mujer. Ella es profesional, exitosa y abandona el hogar por atender su trabajo. Su pareja y "las suegras", entran en escena con la idea de solventar la falta en la atención que requiere la casa y "los muchachos". ¿Tienen éxito?. "Yo he tratado familias en las que el padre hace las veces de madre, es el que pone el sentimiento en la familia, mientras su mujer es una super ejecutiva que, para no sentirse culpable y sacarse de encima la responsabilidad que le toca, llama a su mamá o a su hermana para que se encarguen de todo", explica Sanz.
El triángulo
Comenta también en el ámbito general que "la suegra suele conformar con los miembros de la pareja un triángulo en el que alguno de los tres elementos resulta excluido. Puede pasar que el hombre haya elegido una mujer para hacer su vida, pero al mismo tiempo tiene un complejo materno que lo domina y lo mantiene conectado a su madre de la que depende totalmente. En consecuencia excluye a su esposa a quien no se le da el puesto que realmente le corresponde".
La colectividad mantiene con respecto a las suegras, una imagen en la que ella aparece como la bruja del cuento "pero esto no necesariamente es cierto -comenta el psiquiatra- porque hay mujeres excelentes que más bien tienden a unir las familias de sus propios hijos".
La reina helada
Según Luis Sanz, existe otro arquetipo de suegra llamada la reina helada. "Es una madre fría, distante, que no da cariño. Los hijos de esta mujer seguramente escogerán como pareja a alguien que tenga una madre cálida que supla su carencia. En este caso, la suegra juega un papel compensatorio".
La suegra bruja, por su parte, es una mujer egoísta y narcisista que está convencida de que el mundo gira alrededor de ella y por esa razón no tolera la exclusión: "Se mete en todo, opina y dispone, es una mamá pulpo que ahoga y asfixia a sus hijos, yernos y nietos. Otra es la mamá gallina que está pendiente de proteger a sus críos y esto la obliga a estar pendiente de intervenir en los asuntos maritales de sus hijos. Las dos perjudican terriblemente a la pareja".
Poner límites
En cualquier caso de intromisión, la mejor estrategia es poner límites: "Recalcarle a la señora que si bien ella impuso las directrices con las que guió a su propia familia, no puede hacerlo con la de sus hijos. Así debe ser, porque una suegra arpía generalmente tiende a sabotear las estructuras disciplinarias que se le imponen a sus nietos y en esa medida desautoriza a los padres y los descalifica. Ella quiere ser la cabeza de familia y tanto sus hijos y yernos como sus nietos, terminan actuando como hermanos en función de que se convierten en hijos de esta señora que ordena y dispone", explica Sanz.
Destaca también que esta figura familiar se repite mucho en países latinoamericanos en que la situación económica, combinada con lógicas aspiraciones de progreso femeninas, derivan en una pareja productiva profesionalmente y es la abuela la que termina haciéndose cargo de todo. Por comodidad o "necesidad" la pareja la deja "hacer", hasta que los papeles que le corresponden a cada quien en casa, terminan desvirtuados.
Hada madrina
Como de todo hay en la viña del Señor, por supuesto hay suegras excelentes que más bien actúan como un elemento de progreso para la familia. "Lo importante es que todos ayuden y colaboren mutuamente para que las cosas vayan bien, pero sin perder de vista sus verdaderos roles. Este sería un grupo ideal donde cada uno de los miembros pone sentimiento y logra interconectarse con el resto, incluyendo a la abuela. Cuando el yerno o la nuera simplemente soportan a su suegra por pura necesidad, la situación llega a un punto de explosión en algún momento".
Luis Sanz recuerda que el rol de suegra no siempre es relevante desde el punto de vista cultural: "En Latinoamérica y culturas como la afroamericana o asiática, la abuela es determinante. En Europa o Norteamérica no sucede lo mismo".
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