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¿PUEDEN LOS HERMANOS PRESENCIAR EL PARTO?

¿PUEDEN LOS HERMANOS PRESENCIAR EL PARTO?
Dr. Meyer Magarici

Con la tendencia actual hacia un trabajo de parto en el que participa toda la familia, muchos padres consideran la posibilidad de permitir a los hermanos que participen en el nacimiento del próximo bebé. Esto adquiere mayor importancia, cuando se plantea realizar el trabajo de parto y alumbramiento en el hogar o en una habitación del hospital.

Aunque numerosas personas están a favor de ello, se trata de preferencias de cada persona. Pero antes de llevar al menor a una sala de partos la madre deberá preguntarse si:

¿Está ella preparada para ocuparse del hermano mayor en esos momentos de dolor y angustia?

¿Desea el niño participar en el parto?

¿Podría contemplar el acontecimiento sin sufrir traumas psicológicos?

¿Están sus médicos de acuerdo con la presencia de un menor de edad en la sala de partos?

Caso que la madre o el hermano se sienten incómodos, no es lógico continuar con esta idea, aunque deberán asegurarse que su niño entiende con precisión de qué se trata. Quizás no desee estar presente por temores infundados como, por ejemplo, la creencia de que todas las madres gritan y mueren al dar a luz.

Cuando la madre y el hermano se sienten cómodos, deberán prepararse para el momento del parto. El primer paso es educar al niño y para ello, en algunos países, se ofrecen clases para preparar a los hermanos para lo que se aproximan.

Los familiares deben tomar en cuenta que un niño en la sala de partos requiere de atención, al mismo tiempo que hay que aclararle los eventos que están sucediendo. En esos emotivos momentos, plenos de ansiedad, es poco el tiempo y mucha la paciencia necesarias para atender a otra persona. Además, considere que puede incomodar al personal médico, que está ocupándose de la salud y bienestar de la embarazada y su recién nacido.

Preparativos

Si decide que el hermano comparta la experiencia, primero deberá aprender los aspectos básicos del nacimiento y que es lo que verá y escuchará en esos momentos. También vale la pena conversar con él, para enseñarle cómo puede ayudar. Por ejemplo, se le podrá asignar una tarea, que, obviamente, dependerá de su edad y habilidades.

No es necesario ofrecerles más información que la que necesitan o solicitan, que siempre deberá ser apropiada a su edad. Caso contrario, lo que logrará es confundirlo o atemorizarlo.

Para educar a su niño, recomendamos lo siguiente: 


Observar videos realistas sobre el parto

Leer juntos libros sobre el parto

Visitar las áreas del hospital o clínica que serán utilizadas. (Sala de partos, Retén)

Conversar sobre lo que puede ocurrir y diferentes formas de obtener al bebé.

*
 Mostrarle los gestos y muecas que la madre puede hacer durante el parto.

Su niño deberá contar con alguien que lo cuide, pues ni usted ni su pareja podrán hacerlo. Lo mejor será dejar su cuidado en manos de algún familiar cercano, que también haya sido preparado para el evento. Ni la madre, ni su pareja tendrán la paciencia y energía para hacerlo durante el parto. De esta manera, si su niño desea salir -por hambre, aburrimiento, o cualquier otro motivo) o tiene alguna pregunta, tendrá a su lado a alguien en que pueda confiar, así, ni la madre ni su pareja tendrán que preocuparse por su bienestar.

Por otra parte, la presencia de un número excesivo de personas, puede verdaderamente entorpecer el trabajo de parto. Tome en cuenta que se trata de las siguientes personas: la embarazada, su pareja, el niño y la persona que lo cuida, un obstetra, un anestesiólogo, un pediatra y, por lo menos, 2 enfermeras. En pocas palabras: 9 personas. Por ello, la sala de partos puede ser un lugar insuficiente para albergar tantas personas.

Independientemente de lo que los padres decidan, todos deberán ser flexibles y estar preparados para cualquier cambio de planes. Un niño que ha esperado ansiosamente el momento, a última hora puede cambiar de opinión y rechazarlo totalmente, pero no debe ser forzado. Quizás se presenten complicaciones obstétricas que contraindiquen su presencia como, por ejemplo, una operación cesárea de emergencia.
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