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Padre mas activo

Papá: Tú puedes cambiar

¿Ni siquiera notas los platos sucios apilados en la cocina? ¿Recuerdas la hora en que salen de clases los niños? ¿Sabes, al menos, la talla de pañal que usa el bebé? Si la respuesta a estas preguntas es "no", tranquilízate: tú puedes cambiar.



Elimina la telepatía
Aunque muchas veces las mujeres anticipan las necesidades de los demás, los hombres no están necesariamente programados de la misma manera. Algunos psicólogos piensan que las hormonas llamadas estrógenos son las principales "culpables" de que las mujeres estén mucho más "entonadas" con los requerimientos emocionales de otros. Los hombres rara vez exhiben el mismo tipo de empatía y muchas veces están más preocupados por la relación con su esposa (y de cómo se complacen las necesidades que de ahí se derivan), que por las necesidades de sus hijos.

Así que si la mujer pretende que alguien le lea la mente tendrá que visitar a un psíquico. Si quiere ayuda, debe pedirla simplemente; es mucho más productivo que esperar a que tú te des cuenta de lo que ella encuentra obvio.
En equipo
Una táctica mejor que pedir ayuda es sentarse juntos a idear una estrategia para "dividir y conquistar". La idea es aceptar las responsabilidades juntos. Un plan puede ser, por ejemplo, tomar turnos para bañar a los niños, hacer la cena o llevar a los chicos al parque.
Raúl:
Cuando tuvimos nuestro segundo hijo, mi esposa y yo decidimos que la división natural para nosotros era que yo me encargara de Daniel, nuestro hijo mayor, mientras ella atendía al recién nacido. Funcionó magníficamente. Yo me levantaba con Dani en las mañanas, le daba el desayuno y lo vestía. En la noche lo ayudaba a bañarse, le ponía sus pijamas y le leía un cuento. De esta manera Dani no sentía que había sido reemplazado por el nuevo bebé, sino que se produjo un impresionante lazo padre-hijo del que se desprenden cosas como que me pide -aún hoy día- que le prepare el desayuno ¿No es hermoso esto?

Compartir pasiones
Así que han logrado realizar todo el conjunto de planes y divisiones del trabajo, pero tú aún te mantienes como un autómata robot esperando instrucciones. Intenta apelar a tu sentido de posteridad -esto en verdad produce efecto en cualquier padre ansioso de pasar un legado. Pregúntate si hay algo que desees dejar a tus hijos. De esta forma verás cómo se incrementa tu interés por los pequeños y por el cuidado que necesitan.

Trata de participar en todo
Muchos padres sienten que los dejan de lado en lo que se refiere a la crianza de sus hijos. Es muy importante que exijas a tu pareja involucrarte desde el comienzo en todo lo referente a convertirte en un verdadero padre -con todas las letras- y no sólo en la división de la carga económica que pueda significar el pequeño. Al participar, te sentirás mucho más involucrado en la relación, a la vez necesitado e importante, con lo que logras hacer más fuerte el lazo familiar.

Acepta que tu manera de hacerlo está bien
Antes de lanzarte al ruedo, habla con tu esposa y pídele que deje de lado las críticas mordaces y que colabore para que hagas bien las cosas. En pocas palabras, dile claramente que quieres hacerlo a tu manera. Los hombres muchas veces se quejan de que prefieren no hacer una labor, porque después se les reclama que no la hicieron bien. Lo importante es que ella entienda que todos tienen métodos diferentes para solucionar los mismos problemas y que esto está perfectamente bien, siempre y cuando tú asumas las consecuencias de tus actos
Cumplidos
Rodrigo: 

Mi esposa (Rebeca) y yo conocemos una mujer que tiene un marido bastante atento -del tipo que siempre está pendiente de los niños para que ella pueda darse un descanso y que siempre está preguntando si puede ayudar en algo. Luego ella misma le contó a Rebeca que no siempre fue todo así y procedió a revelar su secreto: "Cuando hace algo bien, le hago saber que me doy cuenta".
Rebeca ha usado esta técnica un montón de veces conmigo también. Por ejemplo, cuando nuestro nuevo bebé está llorando, me llama diciendo: "¡Hey, ahí tienes otra oportunidad para lucir esos fuertes bíceps!" y yo inmediatamente lo cargo. No puedo creer que alguien haya dicho alguna vez que la adulación no llevaba a ninguna parte.
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