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Es una obligacion tener sexo con tu pareja Sincronízate sexualmente

Sincronízate sexualmente
Pregúntate si realmente son el uno para el otro

La sincronía sexual es la resultante de la conjunción de distintos factores que caracterizan a dos personas distintas. Se trata del placer mutuo que hombre y mujer encuentran en su relación amorosa y que lleva a sentir esa realización particular que posibilita la real entrega al compañero.

No es una obligación:

Para muchas mujeres e incluso algunos nombres aunque la proporción no se compare-, tener sexo con su pareja llega a convertirse, a la larga, en una obligación.

Quizá la monotonía de los encuentros puede hacerlos tan aburridos que el asunto se convierta en una más de las tareas cotidianas sin mayor connotación en la vida personal. ¡Las relaciones sexuales en ningún caso son obligatorias! Deben surgir como iniciativa de parte de cualquiera de los dos miembros de la pareja en igualdad de condiciones, como expresión de amor y deseo y la búsqueda de satisfacciones mutuas.

Conocerse es la clave:

Cuando una pareja inicia su relación, cada uno de los miembros comienza a escudriñar en el otro para conocer sus defectos, cualidades y gustos. También en la cama debe operar este proceso.

Para alcanzar la sincronía sexual es importante saber cuáles serían las posibles respuestas del compañero ante diversos estímulos; crear una atmósfera erótica para que los dos se hallen dispuestos tanto física como psicológicamente; manifestar amor, cariño y afecto permanentemente a través de caricias, roces aparentemente accidentales, palabras y detalles.

En pocas palabras, hacerle saber al otro que estamos conscientes del lugar privilegiado que ocupa en nuestras vidas.

¡Fuera los miedos!

Las inhibiciones son enemigas de la sincronía sexual. Esta "exige" liberación de miedos y una actitud permanentemente dispuesta a evitar la monotonía.

El pudor excesivo o el frecuente "terror" al embarazo que experimentan muchas parejas, por ejemplo, son frecuentemente grandes obstáculos para el disfrute pleno.

Por supuesto, en el segundo caso, se hace evidente una insólita falta de conocimiento en materia de anticoncepción.

La rutina acaba con el deseo:

Si comes la misma ensalada de tomate y lechuga todos los días, más pronto que tarde llegará el día en que no puedas ver "ni en pintura" un tomate o una hoja de lechuga sin experimentar rechazo.

Hacer siempre las mismas cosas en la cama como si se tratara de una plana de castigo por haberse portado mal en el colegio, acaba con el deseo sexual más rápido que inmediatamente.

Por eso, los juegos eróticos preliminares al acto sexual son el condimento ideal de una relación feliz. Las posibilidades son inagotables cuando la creatividad y la fantasía se ponen a funcionar.

Acariciarse en las zonas erógenas, por ejemplo, es excelente complemento de un juego erótico que puede comenzar por una mirada, un juego de palabras o el roce de las manos.
 

El momento cumbre:

Tanto la erección como la lubricación vaginal necesitan de una fase prolongada de caricias para mantener la excitación. Si la estimulación continúa, se alcanza un grado de placer muy satisfactorio.

El clímax no tiene por qué ser simultáneo: lo realmente placentero es que tanto el hombre como la mujer lo alcancen.
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